Patrimonio Histórico de Mexicali/Facebook
MEXICALI.-Hablar de un hombre como JAIME DÍAZ OCHOA, dos veces alcalde de Mexicali y en otra ocasión senador de la República, es contar la historia de gente avezada en estos menesteres de la política. Es por eso que la comunidad de La
Progreso no alcanza aún a entender ¿cómo fue que un hombre de su sensibilidad sin mayor trámite no acudió a ese momento memorable en que después de la reapertura de ese edificio histórico antaño Delegación Progreso —ora Casa de la Cultura— se rendía honor a su Aniversario número 91 y a la vez Homenaje a los Pioneros de esa comunidad en un edificio histórico suyo, es decir de la comunidad?
Una comunidad que marca un hito en la historia de Baja California, porque esos terrenos originalmente fueron invadidos en los años ´20 por jornaleros agrícolas, liderados por el coronel villista Marcelino Magaña Mejía, precursor del reparto agrario en Baja California.
De Díaz Ochoa se habla que, como Carlos VI de Francia, es un gobernante aislado y que en su momento aquel Rey no reconocía a su esposa e hijos, ni tampoco sabía quién era él mismo. Con una diferencia sustancial que, como gobernante, Carlos VI de Francia, lo fue una sola vez, Jaime lo ha sido dos. Cual alcalde, la primera fue cuando Fernando del Rayo, su oficial mayor, lo trajo cantando y noviando por medio Mexicali durante tres años.
La segunda es ésta, en que se ve atrapado por el reducido círculo rojo de gentes que lo maneja. Nadie más de sus funcionarios tiene cabida en Presidencia que no sean ellos. Son ese reducidísimo grupo de personas que conforman el círculo rojo, los que deciden qué sí o qué no le dan a saber al alcalde, centralizando todo género de decisiones a su libre arbitrio, con la connivencia, no da pie a pensar otra cosa, del mismísimo presidente municipal de Mexicali.
Sus críticos argumentan que no es que no dé pie a pensar otra cosa de él, sino que la mera verdad no da pie con bola en nada de lo que hace. Hablando de la Delegación Progreso, a inicio de la Administración de este XXI Ayuntamiento —un punto estratégico desde el punto de vista que se quiera ver¬— el presidente designa un delegado municipal impopular que dura muy poco en el puesto y pone a un encargado de despacho sin proporcionar un quinto para la administración de esa localidad. Al fin perredista el encargado, esto es hablar del joven Óscar Baylón.
Hasta hace apenas dos meses se pensó que Jaime por fin había hecho lo correcto. Designar como delegado municipal a un panista confeso, a Enrique Sandoval Celis, originario de La Progreso y radicado allí desde siempre, administrador público de carrera y por lo visto hiperactivo el hombre.
Entrando entrando, a principios de este año, Sandoval Celis presenta un proyecto a Julio César Gallegos —su jefe— Director de Desarrollo Rural y Delegaciones, y éste da su anuencia para que lo lleve a Oficinas de la Presidencia; un proyecto consistente en la realización de un Homenaje a los Pioneros de las 14 delegaciones municipales para los festejos del 113 Aniversario de Mexicali. Oficinas de la Presidencia se concretó a decirle que su proyecto ya estaba fuera de programa y eventos que se realizarían el 14 de marzo (fecha en que se conmemora la fundación de esta ciudad capital), que le bajara de volumen y que mejor se constriñera a llevar a efecto dicho reconocimiento a los pioneros de su delegación el día 20 de marzo (día en que los de La Progreso festejarían su 91 Aniversario), ¡ah!, pero que se rascara con sus propias uñas porque no había dinero.
Sabedor de que en su pueblo no habían organizado un reconocimiento a su gente como él lo tenía pensado, acude a su comunidad y el pueblo lo recibe de plácemes: los que tenían familiares y parientes en Estados Unidos de inmediato los mandaron llamar para la ceremonia de reconocimiento de sus viejos para ese día 20 de marzo.
Paso seguido, Sandoval Celis se moviliza a conseguir patrocinadores: Echa un telefonazo al regidor de Alianza Ciudadana, «Adelante»; llega con David Reynoso del PAN, «Va», lo mismo le dijeron Alicia Martínez del PRI, Cesar Valerio del PRD, hasta llegar con Humberto Zuñiga, Síndico Procurador, «Luz verde. Aquí está mi apoyo»: Ni hablar de empresas tales como la Pepsi, SuKarne, Allyson: Frutería y Carnicería, Grupo Lotificadora, Frutería Welton, Carnicería Linda, y hasta el Gobierno del Estado dijo: «Festejen a sus pioneros».
Todavía al cuarto para las doce, Sandoval Celis pregunta en Oficinas de la Presidencia: ¿Y siempre sí va asistir el presidente a nuestro festejo o no? «¡Ese evento queda cancelado!… Es una orden de arriba y a nosotros no nos embarres». Enrique Sandoval Celis, ante ese veredicto implacable, dio la media vuelta y se fue en silencio.
Ahora ¿con qué cara iba a presentarse con la gente de su pueblo que lo vio crecer, con aquellas familias de los viejos pioneros para anunciarles como niño regañado «fíjense que mi mamá me dijo que siempre no»?… ¿Qué cuento les ibas a decir a sus padres, a sus hermanos, a su mujer, a sus hijos que viven y han vivido desde siempre en La Progreso?
Como impidieron y no se le permitió a la comunidad el ingreso a un edificio histórico que, como bien sabido, es de ellos, que forma parte de su identidad, el poblado tuvo que rendir homenaje a sus pioneros en el estacionamiento de la Casa de la Cultura de la Colonia Progreso, al mismo tiempo que festejaron con orgullo y algarabía el 91 Aniversario de la fundación de su pueblo. ¡Enhorabuena al valor civil de esa gente linda, buena de corazón!