Horacio de la Cueva, académico del CICESE, especialista en ecología y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, afirma en su blog que las actividades que propone el proyecto EcoZoneMx son «incompatibles, contradictorias y contra la vocación silvestre de esta sierra emblemática de Baja California».
MEXICALI.-Desde la Cumbre de Río 2012 se identificó al desarrollo sustentable como la tarea imperativa para la supervivencia humana, la perspectiva del desarrollo ha cambiado. El desarrollo sustentable “satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades”. Las formas aceptables de uso de suelo, el aprovechamiento de la naturaleza o la construcción son otras. El progreso ya no es la transformación irreversible de un paisaje aspirando a un porvenir de bienestar inalcanzable.
El Proyecto Integral EcoZone de 14 782 hectáreas en la ladera Este de la Sierra Cucapá es incompatible con el desarrollo sustentable, aunque pretenda lo contrario. Se piensa desarrollar actividades incompatibles, contradictorias y contra la vocación silvestre de esta sierra emblemática de Baja California: una planta fotovoltáica, aprovechamiento de residuos peligrosos y de manejo especial, zona industrial de recicladoras, extracción de materiales pétreos, centros de educación media superior y de negocios; zonas habitacionales, comerciales y de servicios, aprovechamiento forestal sustentable y conservación. Durante el desarrollo a 16 años se irán haciendo los informes preventivos. No están presentando impactos de cualquiera de las partes y piden un permiso general. Táctica que vimos en Sierra Juárez cuando Sempra Energy solicitó un permiso general para la construcción de aerogeneradores desperdigados. Aunque la SEMARNAT aprobó el desarrollo de SEMPRA , la autorización está siendo objetada por que la SEMARNAT no uso la mejor información existente sobre la Sierra Juárez para calificar el proyecto, el proyecto sigue adelante ¿Veremos esta arbitrariedad en Sierra Cucapá?
La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para consulta pública resume que 29% del área será modificado en los próximos diez años y manifiesta que el proyecto ni se encuentra en un área natural protegida ni con alguna categoría de interés. Describe a los terrenos del ejido General Heriberto Jara, donde hay ya 28 contratos de arrendamiento, como suelos semidesnudos y vegetación de segundo crecimiento en proceso de degradación, justificando los usos combinados en el predio. Aún así, llevarán a cabo aprovechamiento forestal sustentable y conservación. La Sierra Cucapá, al igual que gran parte del estado de Baja California son áridos, no esperamos mucha vegetación pero si gran riqueza de especies. La diversidad de especies animales que viven en el área atestiguan que la Sierra es un componente paisajístico y biológico importante del estado. A pesar de las opiniones políticas, el borrego cimarrón es un habitante natural y permanente de la región.
¿Quién se atreverá a vivir o estudiar cerca de un lugar donde se manejan substancias tóxicas? ¿Qué les asegura que casas, escuelas, caminos, agua y aire no estarán contaminados? ¿Será la propuesta una solución a problemas de confinamiento y tratamiento de residuos tóxicos allende la frontera? Somos traspatio para generar energía.
La tribu que habita Sierra Cucapá es parte de nuestra historia y nuestro presente. Aparte de las rentas al ejido, no sabemos como se incorporará a los habitantes a trabajos dignos, bien remunerados y de gran capacidad técnica o administrativa o que se hará para mantener sus tradiciones sin fosilizarlas en un museo.
El reciclado y el aprovechamiento y manejo de residuos peligrosos requerirán de grandes cantidades de energía y sus residuos pueden ser altamente tóxicos. A pesar de la descripción despectiva del lugar, no se manifiesta claramente la conexión de estos sitios con los acuíferos locales y su impacto en la calidad del agua.
La experiencia del público que asiste a expresar sus sentimientos y razones a las consultas públicas es decepcionante. También las noticias del resto del país, como Tajamar. Los proponentes y las autoridades han cumplido con la letra de la ley. El espíritu de la ley: el equilibrio ecológico y la preservación del ambiente no se manifiestan en la evaluación o en la mitigación. Es decepcionante que la secretaría que debe promover nuestro futuro sustentable tenga visión sexenal.
La aprobación de la MIA reflejará intereses obscuros. Esta no es una contribución al desarrollo sustentable, el desarrollo que garantiza un futuro digno.
Los esfuerzos autojustificados del gobierno del presidente Peña Nieto que no dar una solución confiable al paradero de los 43 alumnos de Ayotzinapa no son creibles. ¿Dónde están los culpables materiales e intelectuales?