La Crónica, El Mexicano y La Voz de la Frontera con sus estrategias de campaña electoral
MEXICALI.-Hace 11 años el Poder Legislativo Federal prohibió el uso del nombre y la imagen de los servidores públicos para anunciar obras y servicios que ofrece el Gobierno con excepción de días previos y posteriores a los informes de Gobierno.
La reforma del 134 constitucional buscaba disminuir el uso de los recursos públicos para posicionar a futuros candidatos encumbrados en puestos públicos.
Esta reforma se empezó aplicar en Baja California con la llegada de José Guadalupe Osuna Millán a la Gubernatura y Rodolfo Valdez Gutiérrez a la alcaldía de Mexicali, por lo que sus asesores de Comunicación Social se la tuvieron que ingeniar para posicionar a los gobernantes sin utilizar su imagen ni su nombre.
Ante la necesidad de salir los gobernantes en los medios se agudizó la publicidad disfrazada de notas informativas.
Es decir un boletín de prensa en portada de los periódicos, en espacio triple «A» en televisión o radio con cobro al presupuesto de Comunicación Social.
Inclusive algunos medios como LA CRONICA y FRONTERA que presumían su separación de lo que es una nota informativa y publicidad le entraron al quite.
Los cobros por notas informativas se convirtió en una negociación por debajo de la mesa entre directivos de medios de comunicación y los gobiernos.
Y EN CAMPAÑAS
En los procesos electorales los medios de comunicación utilizaron el mismo criterio con los candidatos.
“Si no pagas no sales, la portada vale 40 mil pesos, interiores 15 mil, tu sabes si quieres ganar”, le dijo alguna vez un director de un periódico a un candidato.
Ante este escenario a nivel nacional los legisladores plantearon otra reforma donde le daban la facultada exclusiva al Instituto Nacional Electoral (ante IFE) sobre el manejo de las pautas para los partidos políticos en elecciones. Es decir ningún candidato podrá contratar publicidad en medios electrónicos. Sin embargo esta reforma no incluyó a la prensa escrita, es decir mientras los medios electrónicos como la radio y la televisión son monitoreados y sujetos a sanciones, los periódicos gozan de toda libertad para publicar en base a los convenios por “debajo del agua” que hacen tanto con los servidores públicos como con los candidatos.
Sin embargo la prensa escrita está enfrentando una realidad que es una amenaza latente que viene siendo la dramática pérdida de lectores.
Un ejemplo es que un periódico que tenía un tiraje de 20 mil ejemplares en los años noventa, hoy anda en los 6 mil y con un margen de devolución que solo ellos saben.
En el inicio de este proceso electoral tanto La Crónica, La Voz de la Frontera y El Mexicano iniciaron con la cobertura normal de los candidatos, sin embargo después de varios días con excepción del Mexicano, han desaparecida las notas informativas en espera que los candidatos se acerquen a los directivos.
No hay regulación de los medios impresos, por los que los paquetes informativos en elecciones se vuelven todavía atractivos aunque ya no como quisieran ante el auge de medios electrónicos y redes sociales.
Algunos de los candidatos han optado mejor por pagarle a Facebook para lograr mayores alcances en sus post y hasta el momento al parecer no se han acercado a los periódicos.
Los periódicos utilizarán diversas maniobras para que los aspirantes se acerquen, y una de ellas es empezarle a sacar sus “trapitos al sol” y es cuando los políticos en campaña no aguantan y muchos responderán al primer “periodicazo” con un contrato por cobertura electoral.
Otro optaron por operar la campaña exclusivamente en redes sociales donde se encuentra la mayor parte del público al que buscan: los votantes.
Hay más seguidores en redes sociales que lectores, radioescuchas y televidentes.
El internet es la plaza pública de los temas públicas, y con mayor razón un proceso electoral, ahí se desarrollan campañas de contraste (que algunos la hacen llamar «negras»), presentan los spot en exclusiva, tienen emisiones en vivo de tv por internet por medio de redes sociales.
Y para citar a un grande del periodismo regional, Arturo Soto:
«Las redes sociales han hecho palidecer las profecías de George Orwell y su visión sobre los Estados totalitarios; han introducido un elemento de democratización sui géneris en una función que hasta hace un par de décadas o menos, se creía prerrogativa de los gobiernos. Hoy, un ciudadano con un Smartphone en la mano puede ser más temible que cualquier marcha, mitin o plantón».