Por Jaime Delgado
MEXICALI.- La indignación social corrió y contagió a un grupo de motociclistas, bloquearon a eso de las 7:00 horas del lunes una de las principales oficinas de Recaudación de Rentas del Estado.
Como barricadas colocaron los vehículos de manifestantes, no iban a dejar que se utilizara el edificio que se encuentra sobre la Calzada Independencia, frente al Palacio de Gobierno. No dejaron el ingreso de unidades al estacionamiento y mucho menos al personal y usuarios que acuden a pagar Impuestos y Derechos, más ahora que han renovación de Tarjeta de Circulación y pago de replaqueo anticipado. Nadie entraba.
El otro frente de esa indignación social en Mexicali se abrió hace 6 días, un grupo de personas bloqueó la Terminal PEMEX alojada en la zona conocida como La Rosita, carretera Mexicali a Tijuana. No se ha permitido, por parte de un grupo de ciudadanos, la salida de camiones cisternas que abastecen de combustible al Municipio.
En el sexto día se agotó la gasolina y el diesel en las estaciones de servicio.
Esta indignación social tomó forma en grupos de la sociedad: motociclistas, taxistas, conductores de UBER y personas que buscan manifestarse en contra del aumento de Impuestos, agua, electricidad y el mayor golpe a la economía familiar: el gasolinazo, el incremento al precio de gasolina un 20%, bajo la amenaza que ira en ascenso el costo del combustible.
La protesta encontró un campo perfecto en las redes sociales, la indignación se ha expresado en el Facebook, Twitter y el golpe mayor viene los años acumulados de un enojo en contra de la clase pudiente que se ha convertido la clase política, aunque no se vale generalizar pero la regla parece ser adueñarse del dinero público y manejarlo en la más absoluta discreción.
La aprobación accidentada de la Ley de Aguas de Baja California, sumado el aumento al líquido un 20%, en vez de apagar, incendió más la hoguera de esa protesta, hoy los integrantes del Congreso Nacional Ciudadano -que está convocando a paralizar al país como protesta- ya visitan los domicilios particulares de los representantes populares para gritarles que están despedidos, y como Carnaval la quemada es mayor al ver una inmensa trampa para ratones.
¿Quién encabeza tal rabia social? Hasta el momento no se asoman liderazgos que unifiquen estrategia: unos como la Célula 686 encabeza las protestas contra la Ley del Agua, transportistas el gasolinazo y motociclistas la Recaudación.
Los recientes acontecimientos en Playas de Rosarito, donde el bloqueo a la Terminal Marítima PEMEX, terminó en lamentable enfrentamiento y detención de manifestantes (nadie habla de eso), o la balacera para repeler a la muchedumbre en la ciudad fronterizade Nogales, Sonora, habla ya de una indignación que ir a niveles insospechados.
Por su parte, el causante de esta revuelta social en ciernes, el presidente Enrique Peña Nieto, se mira a punto de la explosión con el puntillazo que le aplica el Sindicato Patronal de la República Mexicana, agrupado en COPARMEX. El mexicalense Gustavo de Hoyos, impulsa no firmar el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, para «fortalecer el mercado interno y hacer frente a la crisis económica en el país».
Maquilla para la Comunicación Política. Se hizo trizas la reciente medida que busca salvar al régimen caduco, que no se atreve a reconocer que tiene una clase política con muchos privilegios y carencias por todos lados.
¿Hasta dónde terminará, nadie lo sabe aún?