Julian Leyzola, un ícono del combate a la inseguridad por el empoderamiento de militares
Morena sin estrategas ni estrategias en medios de comunicación para contener la crisis en redes sociales
Por Jaime Delgado
MEXICALI.- En un periodo de 27 días el partido Morena tuvo tres crisis de manejo de imagen, lo cual no sabría si le redituó simpatías en el electorado, pero sí encendió las redes sociales y sin duda le sumo carga negativa a su imagen como organización partidista, incluyendo en este recuento lo impresentable de muchos de sus candidatos a cargos de elección popular.
El candidato único a Gobernador de la Coalición Juntos Haremos Historia en Baja California (Moren, PT, Verde y Transformemos), Jaime Bonilla, primero fue forjando un proceso interno donde ponía a jugar en una contienda interna a todo aquel que le iba a pedir su «bendición», pero realmente el bueno era él, estilo Roberto Madrazo, quien gana la candidatura presidencial del PRI siento presidente del Partido en 2006.
Para el proceso interno de candidato a Gobernador primero dijo que no iba, que esperaría el 2021 para la gubernatura de 5 años, que él pasaba sin ver la elección 2019, ya tenía un curul en el Senado y luego la Coordinación de Delegación, no se diga la «bendición» del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su visita a Tijuana prácticamente le rogó para que compitiera por la de 2 años.
Sin embargo, falta contar que desde septiembre de 2018, Jaime Bonilla, al ver las encuestas, ya como Senador electo estaba promoviendo que se eliminará el artículo VIII Transitorio de la Constitución del Estado, para elegir a Gobernador de 5 años.
El de la idea de ampliar el periodo de gobernador, sin duda se le atribuye al ex senador Amador Rodríguez Lozano, la propuesta fue contundente, convenció al ahora candidato a Gobernador y diseñaron una estrategia que falló en la Cámara de Diputados, pero que sí funcionó en el Tribunal de Justicia Electoral del Estado de Baja California, donde ya estaba metido como Magistrado el morenista Jaime Vargas.
A la par, Bonilla estaba jugando un proceso interno, por debajo de la mesa, a escondidas, sin exponerse, ahí andaban como pre candidatos a Gobernador de Morena, junto al empresario Arturo González Cruz, Mario Escobedo y Jaime Martínez Veloz.
A González Cruz lo paró porque ya estaba muy fuerte en manejo de medios y hasta en bardas, la desconocida fue hecha en el mismo seno del Consejo General Electoral de Baja California por el representante de Morena, querían evitar multa al Partido.
Mario Escobedo, fue disciplinado como González Cruz. No así Jaime Martínez Veloz, quien decidió jugar el juego que lo pone a un paso fuera de Morena.
Sin embargo, Bonilla estuvo jugando con todos ellos, hasta que se destapó como «Candidato Único», sin encuesta, «dedazo».
Esa fue una crisis previa que Bonilla no supo manejar, pero donde escaló a mayores el 29 de enero con los registros de candidatos, donde dejaron la puerta abierta para todo aquel que quisiera, ni cuidaron las formas, por igual miraron a priístas, panistas, perredistas y morenistas buscando cumplir con los requisitos.
Ese momento no se supo manejar, hasta se tuvo que recurrir a la descalificación del regidor Luis Torres Santillán, culpable en lavado de dinero y que intentó ser candidato de Morena a diputado local por Tijuana.
Luego vino la crisis del 18 de febrero con la encuesta, el peor escenario de Morena, quien tiene ventaja en preferencia electoral y prefirió mandar en la mayoría de las posiciones a cartucho quemado, ex militantes del PRI y PAN que ya han ocupado cargos públicos.
La peor crisis sin duda es la desatada este 24 de febrero, con la ampliación a 5 años del periodo de Gobernador, violentando el principio de certeza electoral según la presenta del Tribunal Electoral, Magistrada Elva Regina Jiménez.
Son tres crisis seguidas, donde Morena no solo carece de personal en área de comunicación, sino que no tiene estrategia para contener esta oleada de críticas.
Julian Leyzola, un ícono del combate a la inseguridad por el empoderamiento de militares.
En la llamada guerra contra el narco que emprendió el entonces Presidente Felipe Calderón, ponderó el liderazgo de militares sobre autoridades civiles, y así fue creciendo la imagen del teniente Julián Leyzaola.
También fue una figura impulsada fuertemente por el entonces alcalde de Tijuana Jorge Ramos, quien aspiraba a ser Gobernador.
El militar en retiro inició su incursión como mando en la Policía Estatal Preventiva (PEP) a lado del entonces Secretario de Seguridad Manuel Díaz Lerma, quien vive para contarlo tras un atentado donde el auto en que viajaba recibió cientos de impactos.
El primer titular de la SSPE Bernardo Martínez, fue quien recomendó a Leyzaola con Díaz Lerma a petición de un jefe de la Policía Federal.
Al llegar al Gobierno Felipe Calderón en el 2006, y un año después José Guadalupe Osuna Millán, la moda fue poner mandos militares en áreas operativas.
Es decir, se trataba que los mandos militares le rindieran cuentas a los generales de la zona para neutralizar la corrupción.
Osuna Millán apoyo esa estrategia, pero sin esperarlo el general de División Aponte Polito, sería su más serio enemigo de su gobierno al denunciar la corrupción de mandos en la PGJE y la SSPE.
Tras la salida de Aponte, quien con su poder buscaba nombrar al mismo Procurador y titular de la SSPE, tras una operación política que hizo el extinto secretario de Gobierno, Francisco Blake Mora, con su amigo Felipe Calderón, la estrategia tuvo un reacomodo.
Al llegar Jorge Ramos a la alcaldia de Tijuana se sujeta al mando militar y nombra primeramente a Julian Leyzaola, como director de la Policía debajo de su entonces amigo Alberto Capella, quien era el secretario de seguridad.
Este último renuncia al ver que su jefe Ramos, acuerdar directamente con Leyzaola, y empieza la histórica depuración policíaca y el manejo mediático del militar.
Es decir Jorge Ramos, buscaba posicionarse en el combate al crimen con un militar y no sólo por la línea del Gobierno Federal, sino por la aceptación de los militares entre los bajacalifornianos.
Jorge Ramos hasta se enfrentó varias veces al Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, por la defensa de Leyzaola.
En la época de los enfrentamientos fuertes del 2007, 2008 y 2009 en Tijuana la figura de Leyzaola se posiciona aunque compitiendo con el general Alfonso Duarte Mujica, quien fue condecorado por el mismo Calderón, al otorgarle la estrella de General Brigadier.
El estrellato de Leyzaola fue por sus expresiones de reto a los que llamaba «malandros».
Una vez en una reunión de coordinación dijo «Bueno señores, creo que hoy por la noche vamos a tener que ir de caceria».
Un día antes habían matado en Tijuana a 10 personas y al día siguiente detuvieron a tres sicarios y otros dos fallecieron.
El lenguaje coloquial de reto a los delincuentes y magnificado en medios de comunicación le h permitido el reconocimiento que tiene, es decir en Tijuana, nadie duda que «no le tiembla la mano al militar»
Muchos dicen que sólo personajes como Leyzaola pueden neutralizar la popularidad de AMLO y Morena.
Se ponemos cuerpo a cuerpo a Leyzaola y González Cruz, esté último no tiene nada que hacer.
Pero si ponemos cuerpo a cuerpo a Morena y al PRD, este último es una caricatura en cuanto al encanto del primero.
Es decir entre sumas y restas entre partidos y los personajes saldrá el ganador en las próximas elecciones.
1 comentario
Jaime Delgado, Julián Leyzaola, monotemático, mas que un «ícono del combate a la inseguridad», es un ícono de la tortura; 24 Recomendaciones por tortura cometidas por él y/o por policías a su mando
y decenas de denuncias penales presentadas por sus víctimas,0 que extrañamente la PGJEBC y la PGR no han consignado, abonando a la impunidad, que lo pintan de cuerpo entero. No tiene autoridad moral para aspirar a un puesto de elección popular, que merece el máximo de respeto a la ley y una hoja limpia de servicio.
Me pregunto por qué se minimiza ese legado de terror, qué intereses hay en esto o menosprecio a los derechos de sus víctimas…