MEXICALI.- El Gobernador del Estado Jaime Bonilla, dijo que él no tiene información que valide pero tampoco que desacredite lo dicho por el Secretario General de Gobierno Amador Rodríguez Lozano, en relación a que las firmas de apoyo para solicitar un Referéndum contra la llamada Ley Gandalla fueron pagadas o compradas.
El mandatario dijo que tendrá que ser el propio encargado de la política interna del Estado, el que esclarezca sus dichos.
En relación a la llamada Ley Gandalla, que permite que los Diputados Locales y los Munícipes que deseen reelegirse, no sean obligados a solicitar licencia al cargo que les fue conferido, el Gobernador dijo que esa no fue una iniciativa empujada por el Ejecutivo, pero él considera que si no se separan del cargo, al menos deben de dejar de cobrar mientras estén en campaña.
Bonilla Valdez, comentó que no hay un distanciamiento con Arturo González Cruz, Alcalde de Tijuana pero si dejó claro que no ve con muy buenos ojos que el Presidente Municipal de Tijuana se esté candidateando ya que suficientes problemas hay en esa ciudad como para aparecer en una comida en Ensenada, en una reunión en Mexicali o en otros Municipios.
MORENA Y LOS TIEMPOS ELECTORALES
Sobre la vida interna de su partido y la situación que se acusa a un hermano del Presidente de la República de recibir dinero Jaime Bonilla considera que eso no afectará a este organismo político en las próximas elecciones y MORENA solo tendrá que esperar a que lleguen las fechas ya que la ciudadanía está muy decidida a seguir apoyándolos.
Sobre el proceso de selección de candidatos, consideró que debe ser mediante encuestas en las que se consulte a toda la ciudadanía ya que MORENA está sustentado por el pueblo y no por los militantes; hay que recordar que militantes son tres millones y cerca de 30 millones de personas apoyaron para que el López Obrador llegara a la presidencia.
Agregó que fundar MORENA costó mucho trabajo y no debe permitirse que grupúsculos se adueñen de este organismo y hagan lo mismo que se hizo en otros partidos en los que solo la élite determina quienes serán candidatos a puestos de elección popular.