Comunicado
Descubren que la temperatura cambia su composición más que su apetito.
ENSENADA.- La doctora Clara María Hereu, profesora de asignatura de la Facultad de Ciencias Marinas (FCM) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y el doctor Pablo Jorgensen, investigador independiente, y los doctores Enrique Lozano Álvarez y Brigitta van Tussenbroek (de la UNAM), fueron parte de un equipo internacional de científicos que esbozó el primer “Mapa de Mordiscos”, un estudio que compara el consumo global de depredadores de mediano tamaño en praderas de pastos marinos y planicies lodosas y arenosas.
El estudio, que fue parte de un proyecto dirigido por el Marine Global Earth Observatory (MarineGEO) con sede en el Smithsonian Environmental Research Center, muestra que el mapa del consumo es dirigido por los cambios en el clima a través del cambio de las comunidades de depredadores, más que por el efecto directo de la temperatura.
Para mapear el apetito de los depredadores costeros, los científicos atrajeron a los peces y cangrejos con golosinas hechas a mano llamadas «paletas de calamar», que consistieron en un disco de carne seca de calamar atada a una estaca. Estas paletas de calamar fueron ideadas por Emmett Duffy, director del programa del MarineGEO, quien buscaba una solución estandarizada para que los investigadores de todo el mundo pudieran medir la alimentación de los peces y comparar los resultados.
El equipo puso paletas de calamar en cada sitio de observación, que incluyó praderas de pastos marinos y planicies de lodo o arena sumergidas, y regresó al día siguiente para ver cuántas de las paletas se habían comido. También analizaron los tipos de peces y cangrejos presentes, usando redes playeras en 30 de los sitios y cámaras de video en 14 de ellos.
En total, el mapa abarcó 42 sitios subacuáticos de cuatro continentes, incluyendo un sitio en Baja California (Estero de Punta Banda) y dos en el Caribe mexicano. Los sitios cubrieron desde el extremo sur de Australia hasta el norte de Noruega, justo dentro del Círculo Polar Ártico. La exploración del intervalo norte-sur permitió a los biólogos cubrir la mayor parte del intervalo global de temperatura del mar. Esto, a su vez, les permitió examinar cómo el cambio climático podría moldear a las redes tróficas marinas en el futuro.
Los investigadores observaron que la depredación no alcanzó su punto máximo cerca del ecuador, sino en latitudes intermedias, es decir, en los subtrópicos.
«En Italia, Korea, Baja California, Carolina del Norte y Australia, los peces comieron en promedio más paletas de calamar por hora que en sitios tropicales del Caribe mexicano, Panamá e India», ejemplificó la investigadora de UABC, posdoctorante en el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE), y coautora del trabajo.
Los investigadores que participaron en el estudio, coincidieron en que aunque las paletas de calamar desaparecieron más rápido en aguas cálidas, la temperatura también influyó en los tipos de depredadores presentes en cada sitio. Los peces como las mojarras, pajaritos (mediopicos) y los roncadores (chac chí) fueron algunos de los animales más comunes capturados por la cámara al morder las paletas de calamar. Estos peces casi no se acercaron a las paletas cuando los científicos estudiaron los sitios más calientes cerca del ecuador, que en el Caribe mexicano fueron observados por el equipo participante del ICML-UNAM. En otras palabras, en aguas más cálidas, además de la temperatura, la biodiversidad de depredadores en conjunto con sus características y preferencias alimenticias, explica los patrones latitudinales de depredación.
El equipo de MarineGEO espera expandir el «Mapa de Mordiscos» de la depredación marina al resto de las costas del mundo. Están especialmente deseosos en averiguar por qué en las costas subtropicales existe una mayor voracidad de estos peces y cangrejos de mediano tamaño.
Especulan que puede ser porque los subtrópicos son una zona de transición, donde los animales de agua caliente y de agua fría pueden coincidir. También podría ser que cerca del ecuador la temperatura es tan elevada que el metabolismo de los animales disminuye en lugar de aumentar. Alternativamente, más cerca del ecuador, depredadores aún más grandes podrían estar devorando a los peces y cangrejos, que de otra manera se darían un festín con las paletas de calamar.
El grupo de científicos explica que para predecir los efectos del calentamiento global es necesario comprender los ecosistemas en su totalidad – incluyendo su biodiversidad – y no sólo el efecto directo del aumento de la temperatura. Esto debe recordarnos que hay otras fuentes de alteración como la pesca y la modificación del hábitat, que pueden tener efectos dramáticos en los ecosistemas marinos.