Se casan 8 parejas de migrantes que por ahora viven en un albergue en Tijuana
Por Yolanda Morales/sandiegouniontribune
TIJUANA, BC — Se conocieron en Michoacán, en Tijuana se casaron. Ocho ramos y ocho vestidos de novia, en total, 16 hombres y mujeres que oscilan entre los 60 y los 24 años de edad, decidieron unir sus vidas la mañana del 8, en la Iglesia Santo Toribio Romo (El Santo Patrono de los Migrantes) en Santa Fe, al sur de la ciudad.
La mayoría de estas parejas, conformadas por migrantes provenientes de Michoacán, llegó huyendo de la violencia, el cobro de piso, la extorsión y los asesinatos de familiares, por eso desde esta frontera entre México y Estados Unidos buscan solicitar asilo a través de un parole humanitario.
A pesar del miedo que conlleva empezar una nueva vida, buscaron consagrar su unión en una ceremonia de matrimonios colectivos.
Las parejas viven actualmente en el Albergue Pro Amore Dei que se ubica en el Cañón K de la colonia Patrimonial Benito Juárez; la directora Leticia Herrera dijo que “es una casa católica donde tratan de levantar la espiritualidad y la fe por medio de Dios. Muchos de ellos tenían el anhelo de casarse y no habían podido hacerlo”.
Cada quince días, el padre Antonio Zambrano acude al albergue a oficiar misa, el matrimonio colectivo se realizó con el apoyo de este sacerdote que en cada visita al albergue invitaba a las parejas a unirse en matrimonio.
Los largos vestidos se lucían, mientras grandes sueños rodeaban el ambiente de la ceremonia católica donde la esperanza de los migrantes continúa, aun cuando antes no habían podido casarse por la iglesia.
En el caso de Lilia (algunos de los entrevistados no quisieron dar su apellido debido a su condición de vulnerabilidad), de 53 años, migrante michoacana, aclaró que su unión no era algo forzado, sino una decisión pospuesta por las circunstancias. “No fue algo obligado, nosotros ya teníamos la idea de casarnos desde cuándo y ahorita se presentó la oportunidad”.
Lizbeth González, originaria de Michoacán, dijo: “Yo he pasado por muchas cosas y encontré el amor al lado de mi esposo, hemos tenido muchos malos momentos y él ha estado ahí para mí”.
Otra joven pareja de inmigrantes, Esbeidy e Ismael, comentó que están “bien decididos a estar juntos toda la vida”.
Mientras que Ismael Nambo aseguró que “más que nada recibimos el sacramento y es lo que más importa, y nuestra felicidad”.
Le apuestan al amor
La activista Montserrat Galván Godoy refirió que al ser todos de Michoacán les “surgió la idea de casarse en conjunto; son muchas emociones al verlos todos felices, después de que ellos llegan lastimados, y ahora verlos con una sonrisa”.
“Cuando la pareja es sólida y hay amor, creo que perdura a pesar de las adversidades y, gracias al albergue que les dio la oportunidad de casarse por la iglesia; las parejas tenían mucha ilusión de casarse en su pueblo de donde son originarios”.
“Los vestidos se los hicieron en pocos días, todos somos madrinas y padrinos, cooperamos con la comida y todos están invitados a la fiesta, somos 280 personas”.
En un camión con rumbo al albergue dio inicio para estas 16 personas el viaje hacia su nueva vida rodeados de flores, rezos y sueños de pareja compartidos: es una historia de amor migrante.
Morales es periodista independiente.