El 2 de noviembre se celebra en todo México el día de muertos, ya sea al pie de la letra como marca la tradición o como forma de venerar a los que ya se adelantaron en nuestras familias.
En Mexicali, Baja California los panteones de la periferia son los más aglomerados en esta fecha, donde familias se reúnen para convivir mientras limpian, decoran y recuerdan a sus familiares fallecidos.
En el panteón municipal número dos, ubicado en la colonia Industrial se percibía poca afluencia por la mañana. Aún así, las personas llegaban directo a comprar flores de cempasúchil en los puestos instalados en la entrada principal y se dirigían a limpiar las tumbas y decorarlos con las flores tradicionales mexicanas.
Una de ellas fue la señora María Muñoz, quien llevaba más de 15 años sin visitar a su hermana, que falleció hace más de 50 años.
Unas cuantas tumbas después, se encontraba la familia López quienes se encontraban restaurando y limpiando la tumba colectiva donde se encontraba la abuela y dos tíos enterrados, todos fallecidos hace más de 10 años.
Dentro de los panteones municipales el Ayuntamiento proporcionó lavamanos y baños portátiles, así mismo como botes de basura adicionales. Lamentablemente en algunos panteones de la iniciativa privada, las tumbas se encuentran en abandono.
El panteón Jardín Descanso, ubicado en la carretera rumbo a San Felipe, cientos de familiares encontraron las instalaciones del panteón sin función, ya que denuncian que ni siquiera cuentan con baños ni agua potable para poder limpiar las tumbas.
A pesar de las carencias, el panteón se encontraba lleno, digno de un 2 de noviembre. A pesar de las temperaturas máximas de 30 grados que presentó Mexicali, cientos de personas se instalaron en las lápidas para convivir con sus familiares que ya no están en este plano terrenal.
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