Por Luis P. Arellano Sarmiento/Pregonerobaja.com.mx
MEXICALI. – Luego de 14 años, el Hotel del Migrante cerró definitivamente sus puertas, informó el activista Sergio Tamai Quintero, pues ya no puede seguir pagando la renta.
El hotel recibió originalmente a migrantes mexicanos deportados que en ese inicio expulsaban por Mexicali 200 connacionales por la madrugada, luego aceptaron a indigentes sin hogar, y en 2016 y 2017 recibieron a migrantes haitianos que hasta fue necesario instalar casa de campaña en el techo, llegando a tener 700 personas, recordó el administrador del lugar.
Con las caravanas de migrantes centroamericanos el Hotel del Migrante volvió a ser referencia, pero aun sin caravanas, los migrantes y deportados son constantes y ahí recibían un lugar donde pernoctar.
Al principio, el hotel fue rentado en su segundo nivel solamente, a un costo de 10 mil pesos, pero después los propietarios aceptaron rentar los locales de abajo y un sótano, todo a muy bajo precio, mencionó el activista.
La familia Wong, dueña del lugar, siempre tuvo disponibilidad para esperar el pago porque no era a tiempo, pero en este momento no hay recursos para seguir pagando 60 mil pesos mensuales, expuso Tamai Quintero.
Y es que el hotel era sostenido por ingresos de puestos de vendimia que estaban en los túneles de cruce peatonal a Calexico, (hoy inexistentes), luego por venta de comida a bajo precio que elaboraban en los locales del primer piso, relató Tamai Quintero.
Con la llegada del actual gobierno federal, eliminaron el fondo del migrante, que era recurso para los albergues altruistas que recibían principalmente a mexicanos deportados, pero lo suprimieron con el argumento de un mal uso del recurso de quien los recibía.
El gobierno federal se comprometió a pagar el consumo de electricidad, el gobierno estatal a condonar el consumo de agua, pero la renta mensual debía ser cubierta, pero los puestos de vendimia entraron en quiebra, expuso Tamai y por eso el cierre del albergue.
Durante 14 años, el albergue llegó a recibir más de medio millón de personas, que al llegar a Mexicali o ser deportados, no tenían donde pasar la noche, ya sea con frío o con calor.