Comunicado.
MEXICALI.- Ante los reportes que diferentes técnicos y productores del Valle de Mexicali han hecho a la Delegación de la SAGARPA con respecto del cultivo algodonero del ciclo agrícola primavera-verano 2018, personal de la dependencia en colaboración con el Comité Estatal de Sanidad Vegetal y las empresas despepitadoras, se reunieron con la finalidad de definir mecanismos de atención a la problemática fitosanitaria del cultivo.
Hasta dicha dependencia llegaron reportes de avistamiento de síntomas de hojas enchinadas en el cultivo del algodonero, presumiblemente provocados por virus fitopatógenos, principalmente geminivirus.
No obstante, de que no se trata de un problema generalizado, se deben descartar problemas con la aplicación de herbicidas o problemas metabólicos de las plantas y someter las muestras a los laboratorios de referencia del SENASICA para identificar, si se trata de un problema de virosis.
Ante la posibilidad de que se trate de un problema de virosis y considerando que los virus no pueden ser atacados directamente, las acciones inmediatas que deben llevar a cabo los productores son las siguientes: extraer del predio y quemar las plantas con síntomas cuando el problema aún no se encuentre extendido; controlar con insecticidas específicos las poblaciones de insectos chupadores que fungen como vectores de las enfermedades, principalmente mosquita blanca y piojos harinosos; control de la maleza hospedera de vectores dentro y alrededor de los campos de algodón, entre otras medidas.
En el mediano plazo, la dependencia estará enviando muestras a identificación al laboratorio del centro Nacional de Referencia del SENASICA para confirmar la causa del problema, mientras que a nivel local deberá hacerse manejo regional de vectores en la medida de las posibilidades de las empresas habilitadoras, a fin de reducir la dispersión de una potencial plaga.
Así mismo, en los siguientes ciclos es importante utilizar variedades tolerantes o resistentes a este tipo de enfermedades.
Finalmente, la Delegación Estatal, reiteró que es importante que los productores respeten las fechas de siembra, especialmente, el último riego al 10 de septiembre, a fin de no alargar el ciclo de cultivo más allá del 10 de diciembre y concluir así la destrucción de socas el 30 de diciembre.
Esto permitirá mantener una ventana de 60 días libre del cultivo y malezas hospederas y reducir con ello las poblaciones de insectos invernantes, lo que tiene un doble efecto al reducir el nivel de la plaga y el número de vectores de la enfermedad para el siguiente ciclo.