Por Michel Inzunza/La Diario del Yaqui
HERMOSILLO.-La Ley Orgánica 4, que rige actualmente a la Universidad de Sonora, califica a la máxima casa de estudios como una institución autónoma, pero el estatuto, impuesto hoy hace 30 años por el exmandatario Manlio Fabio Beltrones Rivera, aprobado por el Congreso del Estado y avalado por el entonces rector Marco Antonio Valencia Arvizu, sirvió en ese momento para restarle libertad y permitir que el Gobierno tomara el control de la escuela, mencionó Armando Moreno Soto.
Desde su campaña política, Manlio Fabio anunció que se impulsarían cambios a la normatividad de la Unison y un mes después de tomar posesión del cargo logró su cometido, luego de que el 26 de noviembre de 1991, con el apoyo de Valencia Arvizu -quien pasó a la historia como el traidor de los principios universitarios- la nueva Ley entró en vigor, recordó el académico del Departamento de Economía.
Eran los tiempos del salinato, en aquel tiempo, la fijación del gobierno era tener el máximo control autoritario, por ello, la imposición de una Ley que afectara directamente la autonomía de la Unison era prioridad, señaló. Hoy 30 años después es necesario recobrar la libertad y el comienzo sería democratizar la elección del rector, agregó.
Y es que, debido a las prisas, sin saberlo en 1991 Manlio Fabio cedió el control de la Universidad a un grupo interno, el de los Químicos, pues la Ley Orgánica 4 facultó a la Junta Universitaria para que sea esta quien nombre al nuevo rector, mencionó Moreno Soto, esa idea tampoco fue autónoma, pues fue tomada de la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma Metropolitana, de hecho –dijo- la Ley Orgánica 4 es una copia al carbón de la Ley Orgánica de la UAM, agregó.
Si bien, durante el sexenio de Manlio Fabio la Unison estuvo supeditada al Gobierno, puesto que los primeros miembros de la Junta Universitaria fueron allegados a él, con el paso del tiempo esos personajes fueron sustituidos por otros que el rector en turno nombraba, mencionó el académico.
La Junta Universitaria se compone por 12 miembros y cada año uno de ellos deja su puesto, explicó. Si tomamos en cuenta que el rector dura en el cargo hasta ocho años y cada año elige a un nuevo integrante de la Junta, al finalizar su periodo la Junta estará conformada por ocho miembros incondicionales a él y a quienes muy posiblemente se les dictará quién sea el nuevo rector, añadió. El último intento del Gobierno por recuperar el control de la Unison lo hizo la exgobernadora Claudia Pavlovich Arellano, cuando sin éxito impulsó a uno de sus candidatos, recordó.
En 30 años sólo hubo una ocasión en la que se intentó democratizar la elección del rector, expresó Moreno Soto, y la propuesta salió del Departamento de Economía, pues si bien la Junta Universitaria designa a quien dirigirá la Unison, el proceso señala que debe de elegir al candidato de una terna, fue entonces que se presentó una propuesta para el cargo, aunque al final no fue seleccionado.
Además, con la entrada en vigor de la Ley Orgánica 4 se burocratizó completamente la Unison, indicó, su estructura creció en demasía y esa fue parte de la estrategia de control por parte del Gobierno, pues se crearon más puestos como Jefes de División, Jefes de Departamento, Direcciones de División, Secretarías de Unidad y Vicerrectorías, mencionó, actualmente la Unison cuenta con tres Unidades Regionales y cada una tiene su organigrama.
Todo ello conllevó a una apatía por parte de los académicos, la Universidad dejó por un lado su función social, señaló Moreno Soto, las investigaciones se realizan por puro ego y no contribuyen al bienestar de la comunidad, los intelectuales se vanaglorian al decir que sus descubrimientos fueron publicados en prestigiosas revistas internacionales y dejan por un lado las necesidades de la población, y que decir de los rectores, que terminan por alejarse completamente de las bases.
Sería bastante interesante que los alumnos de ingeniería dentro de sus prácticas realizaran estudios que mostraran la factibilidad de agua para el Poblado Miguel Alemán o cómo se puede dotar de infraestructura hidráulica, mencionó, o que el Bufete Jurídico de la Unison tomara casos de suma relevancia como la tenencia de la tierra o que los estudiantes de economía realizaran un estudio técnico de un proyecto de inversión. En cambio, durante su servicio social los alumnos son relegados a tareas básicas como sacar copias.
Por todo ello, es sumamente necesario que se tenga una nueva Ley Orgánica, de ser posible que se derogue la actual y se elabore un nuevo estatuto, aunque la propuesta que ya se tiene actualmente en el Congreso del Estado está encaminada sólo a reformarla, añadió.
EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
Para la imposición de la Ley 4 se utilizó una estrategia de amedrentamiento, recordó Jaime Delgado, pues meses antes de que fuera aprobada, la Unison sufrió un corte de energía eléctrica ya que supuestamente tenía un adeudo con la Comisión Federal de Electricidad, posteriormente hubo amenazas de embargo y una serie de auditorías por parte del Gobierno del Estado a las finanzas de la institución.
Fue en ese momento cuando se formó el Comité Estudiantil de la Universidad de Sonora (CEUS), mencionó Delgado, quien en aquel tiempo era estudiante de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
En 1991 no existía ningún órgano de agrupación estudiantil y al ver que se atentaba contra la autonomía de la Universidad se constituyó el Comité en el cual participaron algunos de los actuales actores de la política sonorense, como Édgar Sallard, coordinador del Sistema Estatal de Comunicación del Gobierno del Estado y Aarón Grajeda, secretario de Educación y Cultura.
Desde sus inicios el CEUS se caracterizó por ser un movimiento pacífico, por ejemplo, no permitimos ninguna sola pinta, sin embargo, no fuimos escuchados por los medios de comunicación e incluso se formó un cerco informativo en el que participó El Imparcial, El Cambio, Televisa y Telemax, señaló.