Por Jaime Delgado
MEXICALI.- La salida lateral de la sede del Poder Ejecutivo prácticamente es una obra que puede pasar como un «un elefante blanco», poco se observa el uso que le dan empleados del Gobierno del Estado o público en general.
El sábado el gobernador Francisco Vega de Lamadrid, ingresó y estuvo por espacio de 4 horas en la sede oficial del Gobierno central. La entrada fue discreta, casi nadie se dio cuenta.
¿Quién planeó la salida de «Kiko» Vega del inmueble? fue un atolladero, fue una situación incómoda para un mandatario que buscó dialogar de una manera ortodoxa, pero que falló el cálculo.
No se va a una batalla sin saber que la victoria está en la mano, indica en uno de sus párrafos el Arte de la Guerra de Sun Tzu. «Kiko» Vega bien que quiera dialogar, pero error la forma, pero como en política indica el fondo, hay un Gobierno en un Atolladero. Empantanado, queriendo salir de un problema pero entra en otro.
La reacción oficial fatal, mal encausada y sobre todo denota estrategia rancia, priísta y bastante hortodoxa.
El Gobierno del Estado está en una crisis político que cumplirá un mes, edificios públicos bloqueados. El Congreso del Estado sin sesiones ordinarias, excepto la Extraordinaria para Abrogar Ley del Agua y poner vigente las desaparecidas como Ley que Reglamenta el Servicio del Agua, Cultura del Agua, Comisiones de Servicios Públicos y de Ingresos del Estado.
Hay una parálisis que empezará hacer mella en cosa de semanas por la falta de liquidez. El dinero no entra a raudales como normalmente ocurre, las oficinas de Recaudación del Estado bloqueadas.
El primer mes del año en Baja California tiene un Gobernador incapaz de dialogar, pero con oportunidad para hacerlo.
Un Congreso del Estado en completo silencio.
Un Poder Legislativo hundido en el descrédito.
Y un Alcalde de la Capital dialogando, articulando la protesta para hacer o promover cambios en el servicio público.
En cambio vemos a un Gobernador ejerciendo presión para que un ciudadano le permita subir al vehículo que lo sacará del Centro Cívico ocupado por la inconformidad social.
«Kiko» Vega no ha sacado esa destreza de campaña electoral, está ahogado en el descrédito ante la falta de estrategia política.
Se le vino el mundo encima en el 2017 y está en la mira del Gobierno Federal que no sale a defenderlo ante la protesta social. Ni siquiera el Jefe nacional del PAN, Ricardo Anaya.