RELATORÍA DE HECHOS MEXICALI, BAJA CALIFORNIA
Reporte oficial del movimiento.
Mexicali Resiste
FEBRERO 13, 2017
MEXICALI.-El día lunes 13 de febrero alrededor de las 6 de la mañana, en protesta por la falta de compromiso político e incongruencia de valores por parte del alcalde de la ciudad, Gustavo Sánchez (PAN), miembros de los Campamentos Ciudadanos de Mexicali comenzaron a ocupar parte de las entradas del Ayuntamiento.
Los manifestantes, acampados desde hace un mes en el Centro Cívico del Estado, habían comunicado dichas intenciones desde el viernes 10 de febrero, al salir de su quinta mesa de diálogo con el Cabildo de Mexicali y el Alcalde Gustavo Sánchez. La intención de volver a bloquear la Casa Municipal se debió a una percibida falta de cooperación de parte de la Institución, ya que en 5 mesas de diálogo, cada una de 4 a 5 horas de duración, el alcalde aún no completaba, por escrito, ninguno de los puntos en el pliego petitorio original.
Para tal efecto, los ciudadanos manifestantes convocaron a una toma simbólica de la Casa Municipal el domingo 12 de febrero, que serviría para reforzar al bloqueo real programado para el día lunes 13.
Horas antes del mitin del 12 de febrero, alrededor de las 11 de la mañana, dos camiones escolares llenos de efectivos policiales y dos unidades k9 entraron al estacionamiento subterráneo de la Casa Municipal. También hubo un despliegue de al menos 20 unidades policiales (patrullas, pick-ups y camionetas sin ventanas), incluida una unidad de inteligencia con cámara, una ambulancia y un camión de bomberos, los cuales se posicionaron sobre la Calle Mar Adriático, casi esquina con Ave. De los Pioneros.
De 6 a 7 de la mañana del lunes 13 de febrero hubo tres transmisiones en vivo por Internet vía Facebook-Live, todas hechas por miembros de los campamentos, y la relación con los agentes de policía que guardaban el perímetro era, como en ocasiones similares, cordial. En éste espacio de tiempo, el subsecretario del Ayuntamiento salió personalmente a tomarle fotos a los rostros de las mujeres que resguardaban la puerta principal del edificio, frente a la plaza ubicada sobre la Ave. Independencia; la mayoría de ellas profesoras jubiladas.
Alrededor de las 7 de la mañana del mismo día, trabajadores del Ayuntamiento empezaron a ocupar la esquina de la Calle Mar Adriático y Ave. De los Pioneros. Al mismo tiempo, parte de los manifestantes se ubicaron alrededor de las vallas metálicas que la policía había colocado el día anterior. A partir de esta hora, los medios de comunicación locales, tanto tradicionales como independientes, comenzaron a transmitir en vivo.
Entre 7:00 y 7:30 de la mañana los manifestantes corearon consignas reivindicando nociones de justicia y democracia, y exponían a otros manifestantes, así como a trabajadores del Ayuntamiento, las razones por las cuales se consideraba necesario cerrar las oficinas municipales. En resumidas cuentas: una falta de administración de justicia por parte del xxii Ayuntamiento de Mexicali.
En medio de una clase universitaria de ciencias sociales frente a los escalones de la Casa Municipal, y mientras se leía en voz alta la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), decenas de pisadas marchando se escucharon por encima de la voz del alumno que leía y, desde el edificio municipal, fueron saliendo cerca de 50 agentes policiales —sumándose al medio centenar ya desplegado— e hicieron una formación militar de tres filas mirando al este de la plaza, misma que habían hecho el día anterior con el perímetro de vallas.
Inmediatamente después de esta formación, una figura resaltaba entre los policías uniformados, la cual sería clave para el desarrollo de los eventos. Era un hombre de pasados 40 años, moreno, de complexión media, no muy alto, con corte de pelo militar, a ras, lentes de sol, un traje de dos piezas café, tenis blancos desgastados y un celular que revisaba constantemente. Se movía con completa soltura dentro de la plaza, su caminar siendo una mezcla entre militar retirado y figura de acción.
Cuando salieron marchando los policías, algunos manifestantes se alarmaron y les pidieron a gritos que no hicieran nada, que sus hijos los verían, que el país y el futuro los juzgaría. El que esto escribe se acercó a dos policías mujeres que cuidaban uno de los perímetros y les preguntó su opinión sobre «Mexicali Resiste, a lo cual ambas respondieron que estaban “del lado del movimiento”, pero que su trabajo no les permitía estar “del otro lado” de la valla y se disculparon por limitarse a ser “sólo” policías.
Cerca de las 8 de la mañana comienza a formarse un cuello de botella en la parte más cercana a la banqueta de Ave. De los Pioneros, cuya parte central estaba ocupada por manifestantes. Hasta aquí, la policía había mantenido su distancia de los manifestantes, sin embargo, sin previo aviso ni consenso, agentes de la policía municipal comenzaron a quitar parte de la valla diseñada para proteger al edificio y salieron a presionar a los manifestantes.
Al mismo tiempo, un hombre de entre 50 y 60 años de apariencia burócrata/empresarial, a quienes algunos medios han identificado como José Pablo Angulo, subsecretario de Ayuntamiento, se abre paso por cuello de botella a gritos y empujones. Su enojo y desesperación es ajena a la calma del resto de trabajadores del Ayuntamiento, quienes siguen observando las acciones desde el otro lado de la calle. El hombre encara a José Fierro en un encendido debate frente a los medios. Los manifestantes gritan y repiten: “¡No violencia!” El hombre de apariencia burócrata cada vez grita más fuerte, pero los manifestantes lo superan en coro y en número, lo cual lo hace rabiar.
Para las 8:05 de la mañana los policías están muy cerca de los manifestantes sin que éstos los hayan percibido —ya que los manifestantes ven hacia “fuera” de la plaza, mientras los policías van “saliendo” de la plaza—, hasta que el sujeto de aspecto militar, con un par de movimientos, hace que cerca de 30 policías municipales intenten formar dos líneas rectas con dirección a la avenida, con la intensión de formar un pasillo de aproximados dos metros de ancho que separe y divide a la masa de manifestantes que, segundos antes, controlaba el centro del espacio. Así, una vez controlado el espacio afuera de la valla, los policías comienzan a reprimir.
Durante los primeros minutos de la represión, las fuerzas policiales someten a cinco manifestantes por medio de la fuerza, dos de ellos mujeres. Los manifestantes forcejean con los policías para no ser presa de los explosivos ataques que el hombre de figura militar ejecuta: rompe filas por detrás de los policías para sorprender a objetivos fijos (esto es, a manifestantes específicos) que forcejean ya sea para proteger a alguien o por su propia seguridad. El hombre de apariencia militar intenta sus propios sometimientos, de tal forma que entra y sale de las discordias, pero si él no logra someter a una persona en pocos segundos, el resto de policías ya saben por quién deben ir.
Cuando un grupo de policías levanta a un par de manifestantes que ya tenían sometidos en el piso, un reportero de Canal 3 Televisa intenta acompañar a uno de los detenidos hasta el edificio municipal. Al percatarse de esto, un oficial vestido de civil y dos uniformados lo interceptan antes de que pueda entrar al edificio con el detenido. El reportero se sienta en el suelo inmediatamente y logra no ser aprehendido, pero lo sacan en ese mismo instante de la plaza, ahora vacía, que controla la policía.
En medio de la represión, varios manifestantes, tanto hombres como mujeres, jóvenes y gente mayor, son golpeados, pateados, sometidos con uso excesivo de la fuerza (como varios videos y fotografías comprueban), así como aprehendidos sin justo motivo.
Minutos después, en medio de un caos que se interrumpe y avanza por secciones, un vocero de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos decide entrar al edificio del Ayuntamiento, mientras manifestantes, hombres y mujeres, le gritan con voz desesperada: “¡Queremos ver a nuestros compañeros!” “¡Sáquenlos!” “¿¡Por qué se los están llevando!?” Al hombre de la CEDH lo acompañan dos mujeres uniformadas con los mismos colores del organismo.
Cerca de las 8:15 de la mañana hay confusión en ambos bandos. Los manifestantes se mueven de un lado a otro, como péndulos afuera de un perímetro vallado, pero los rostros de los policías también muestran desfiguros: es obvio que no están entrenados para estos choques, no saben cómo enfrentar a grandes cantidades de gente: rompen formaciones, usan fuerza excesiva, golpean a las costillas, dan patadas, sujetan a manifestantes pero no tienen forma de hacerlos mover uno-contra-uno, por lo cual se unen tres, cuatro o cinco y entre todos tratan de levantar al siguiente desafortunado. Los policías sudan, también gritan, bufan, miran hacia ambos lados, están confundidos.
Finalmente logran formar el pasillo completo hacia la calle. Los manifestantes responden formando un perímetro justo fuera de las barreras humanas de los policías y vuelven a intentar bloquear el acceso. La mayoría de los manifestantes en la cadena humana son mujeres, señoras de alrededor 50 años.
Al otro lado de la calle, observando la confusión y el ruido, empleados del municipio parecen esperar a que todo se resuelva por sí solo. Disimuladamente, agentes ministeriales con pantalón kahki y camisa azul marino, también observan, armados con pistola al cinto y esposas colgando bajo la camisa.
Pasadas las 8:20 de la mañana y para estos momentos la policía se ha llevado a 9 manifestantes más. Los nombres de los 12 miembros de los Campamentos Ciudadanos son: Arturo Ramírez, Francisco Javier Pérez, Benjamín Zavala Méndez, Filiberto Sánchez Gurrola, Jorge Hugo Bravo, Jorge Benítez López, Ignacio Gastélum Ruiz, Santa Cecilia Hernández Osorio, Mario Sotelo Rodríguez, María Guadalupe Mora Quiñonez, Verónica Jiménez Orta, Jorge Hugo Brambila Valdés, José Guadalupe Montoya, Luis Miguel Ocampo.
El licenciado Salinas toma un megáfono y afirma alzando la voz que se ha violentado la Constitución, específicamente los artículos 1 y 9. Lo repite una y otra vez y en algún momento también él se ve envuelto en un forcejeo con dos policías. José Fierro y León Fierro también toman el megáfono y tratan de evidenciar aún más los maltratos de la policía y del Ayuntamiento, las provocaciones de los personajes que ya no están en la escena, los arrestos predeterminados de miembros de Mesas de Diálogo y, detrás de todo esto, la administración del recién jurado alcalde Gustavo Sánchez.
A las 8:40 de la mañana se escuchan sonidos de una patrulla desde la rampa que lleva al subterráneo del edificio municipal. Veinte policías que cuidan esa entrada se movilizan y comienzan a empujar a manifestantes y periodistas por igual. Vuelve el forcejeo y los gritos: “¡Suéltame!” “¡No me toques!” “¡Asesinos!” “¡Cómplices!”
Mientras algunas personas caen al piso, manifestantes y policías, de la rampa emerge a toda velocidad una patrulla-camioneta sin vidrios. Un manifestante se para frente a ella y la obliga a detenerse. “¡Se los están llevando!” “¡No dejen que se los lleven!” “¡Póngase enfrente!” Pero hay demasiados policías y por un momento logran despejar suficiente espacio para que pase la camioneta y ésta arranca a toda velocidad y se va.
A las 9:08 de la mañana Abril Rodríguez tiene una llamada con Carmen Aristegui, en la cual relata parte de lo sucedido para el programa en directo. Sobre las personas sometidas y arrestadas: “Casualmente los eligieron bien —dice—, porque son aquellas personas que forman parte de la mesa de trabajo con el palacio municipal”.
Ahora mismo, gracias a la presión ciudadana y los rápidos amparos de los abogados, están saliendo los 12 manifestantes que se llevaron a la comandancia. Los manifestantes fueron privados de su libertad por 10 horas. Da la casualidad que Gustavo Sánchez acaba de terminar de dar un discurso transmitido por radio FM, en donde apenas y menciona los eventos de hoy.
Comentario:
1) Las doce personas que hoy han perdido y recuperado su libertad han sido los primeros presos políticos de este movimiento. Pero no queremos mártires, queremos justicia y libertad.
2) A pesar de los comentarios de Gustavo Sánchez la tarde de ayer, en donde observaba que el Ayuntamiento sigue apostando por el diálogo, hasta el momento no hemos tenido ningún contacto o invitación a reanudarlo.